Anna Viñals Sala

PSICÓLOGA

De siempre he querido ser abogada. Mirando la serie Perry Manson, la defensa de los juicios, yo me veía allá, escuchando a mi cliente y ayudándolo a tener la mejor defensa. Y unos meses antes de tomar la decisión, se impuso en mi cerebro la idea de que quería ser psicóloga. Sin tener ninguna razón fundamentada, ni ningún conocimiento al respeto, decidí seguir mi instinto. Me alegro de haberlo hecho!

Sentí una atracción por el yo infantil, las emociones más auténticas y que nos acompañarán el resto de nuestras vidas se gestan desde que estamos en “la barriga del buey”.

Finalmente, los dos caminos se han juntado. Con la psicología forense puedo escuchar las desazones de los clientes y hacerlos llegar al juez. Y en la familia, puedo defender el bienestar del menor, que es quien queda más desamparado.