Desde muy pequeña sentía pasión por trabajar en todo aquello relacionada con la infancia. Inicialmente quería estudiar magisterio, pero finalmente decidí estudiar psicología porque me interesaba el desarrollo y la conducta. Durante la carrera he ido haciendo diversos voluntariados y cursos que me han aportado aprendizajes orientados a la discapacidad y la educación. Finalizada la carrera me especialicé en la clínica infanto-juvenil para continuar mi camino. Hoy en día me continúo formando para conocer más de la psicología y lo compagino con otras actividades que me gustan como la música y caminar al aire libre, que me ayuda a desconectar del entorno más cotidiano y me permiten relajarme y conocerme a mi misma. Caminar por la playa es una de las pequeñas cosas que me permiten conectar y ser consciente de mi yo, mientras tanto por mi alrededor mi perra patanera me intenta morder los pies, pero me encanta.