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Psicología escolar
La psicología escolar pretende conseguir que los infantes puedan lograr los aprendizajes según sus capacidades y potencialidades, buscando siempre un equilibrio entre las capacidades cognitivas y emocionales.
Sabemos que cuando aparece un bajo rendimiento escolar algo está pasando en nuestros hijos; a veces pueden ser cuestiones emocionales-temporales o causas propias de las etapas evolutivas (entrada a la adolescencia, etc.), o bien como resultado de un hecho estresante (separación de los padres, cambio de residencia, etc.), pero otras veces, la causa es un trastorno específico en los aprendizajes. Es en este momento en el que un diagnóstico precoz y ajustado para delimitar concretamente las dificultades puede ayudar al infante a seguir los aprendizajes de una forma adecuada, con seguridad y autoestima.
¿Cómo trabajamos en CIM?
La primera visita es una de las más importantes ya que recogerá toda la información necesaria para conocer el problema. Se valorará la dinámica de la familia y todo el entorno del niño, a nivel escolar y social. En la primera visita se aportaran todos los diagnósticos e informes anteriores que tengan del niño, así como las pruebas que los padres o tutores consideren oportunas. El psicólogo realizará una entrevista de tipo semi estructurada en la qual irá combinando la libre explicación por parte de los padres con preguntas abiertas. En la mayoría de los casos se darán pautas y estrategias orientadas a iniciar un proceso de mejora de la situación.
Un correcto diagnóstico nos permite comprender y entender la dinámica interna y externa que está generando y manteniendo el problema. Aun así contamos con los tests y cuestionarios más actualizados y específicos. Pruebas cognitivas, atencionales, conductuales, psico-sociales, emocionales y adaptativas forman parte de nuestro abanico.
No todos los niños evaluados obtienen un diagnóstico de trastorno clínico como un TDAH, trastorno de aprendizaje, trastorno del habla, trastorno de ansiedad, trastorno de conducta etc, pero si que nos encontramos sintomatología subclínica que una intervención específico nos permite, en la mayoría de ocasiones, cambiarla con hacia el estado saludable.
En la entrevista devolutiva se darán los resultados del diagnóstico a la familia y al niño (generalmente por separado). En esta, se explicaran los factores causales y las variables que mantienen el problema así como la dinámica de funcionamiento y el plan de tratamiento. Los resultados se recogerán en un informe por escrito y firmado por el psicólogo o psicóloga que se entregará a la familia. De la misma manera se darán orientaciones y estrategias para empezara trabajar.
Partiendo de una orientación psicológica cognitivo-conductual, se trabaja semanalmente con la persona terapeuta siguiendo un tratamiento dinámico y creado a medida según las necesidades del infante.
De forma mensual se constatará si se han conseguido los objetivos y se procederá a dar el alta al paciente.
Qué hacemos
La reeducación es un modelo de intervención que pretende trabajar las dificultades académicas, transmitir estrategias de aprendizaje y potenciar la capacidad de trabajo autónomo y organizado. Va dirigido a infantes y adolescentes con dificultades de aprendizaje y/o carencias en las estrategias y hábitos de estudio.
CUÁNDO HACE FALTA HACER UNA EXPLORACIÓN
Es importante visitar el psicólogo cuando observamos en nuestros hijos:
Conducta
Conducta negativa en todo aquello relacionado con las tareas escolares.
Lectura
Dificultades en la comprensión en el inicio de la lectura o, posteriormente en la lectura de enunciados y textos.
Conocimientos
Se pueden apreciar dificultades a la hora de aprender los días de la semana, los meses del año, las horas…
En la escuela
Una disminución del rendimiento escolar
Estado de ánimo
Desmotivación para ir a la escuela
Lecto-escritura
Dificultades en el aprendizaje de la lecto-escritura
TRASTORNOS DEL APRENDIZAJE
A continuación podréis encontrar algunos trastornos del aprendizaje frecuentes y sus síntomas:
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad es un trastorno a nivel neurobiológico originado en la infancia y se caracteriza por la presencia de dificultades en el mantenimiento de la atención, hiperactividad o exceso de movimiento e impulsividad.
Algunos síntomas de este trastorno son: Se mueve excesivamente y en momentos en los que no es adecuado, le cuesta saber estar quieto y mantenerse sentado en una silla, habla en exceso, muestra dificultades para relajarse, tiene dificultad para mantener la atención y concentración, no se fija en los detalles, es desorganizado en la tarea y muestra dificultades para acabarla, se distrae con facilidad y le cuesta escuchar y seguir órdenes, pierde objetos, evita las actividades largas y difíciles, interrumpe y se muestra impaciente, en el juego tiene dificultades para seguir las normas, tiene el impulso de tocar todo aquello que tiene alrededor.
Se trata de un trastorno del neurodesarrollo que afecta a la integración visuoespacial, las habilidades motrices, cognitivas e interactivas, a la adquisición y uso de rutinas y a los aprendizajes escolares.
Algunos síntomas de este trastorno son: Recuerda la información pero no sabe por qué es importante, se fija en los detalles, pero muestra dificultades para captar la idea general, presenta dificultades en las relaciones sociales, dificultades con la psicomotricidad fina, en el área matemática y la comprensión, tiene un alto nivel de dependencia, desorganización de ideas, y dificultades adaptativas.
El TEL es un trastorno grave que afecta a la adquisición y desarrollo del lenguaje desde los inicios y se puede prolongar hasta la adolescencia. Este retraso y desarrollo del lenguaje no se relaciona con posibles afectaciones sensoriales y motoras.
Algunos de sus síntomas son: Retraso de la adquisición del lenguaje, incomprensión del habla, dificultad en la adquisición de vocabulario, adquisición, comprensión o expresión del lenguaje hablado o escrito anormal, afectación fonológica, semántica y/o pragmática, dificultad en las conversas, confusión en la conjugación de verbos.
El trastorno específico del lenguaje, o más conocido como dislexia, es un trastorno del aprendizaje de la lectoescritura, de carácter persistente y específico, con presencia de alteraciones en la capacidad lectora – confusiones, inversiones y alteración de la orden de letras -, que se da en niños que no presentan ningún otro tipo de afectación a nivel psíquico ni social.
Algunos de sus síntomas son: Dificultades al reconocer letras, dificultades en la lectura y comprensión de esta, inversión y omisión de letras, dificultades para asociar letras con sonidos, vocabulario reducido, dificultades para ver los errores cometidos, dificultades en la comprensión lectora.
Es un trastorno del aprendizaje que afecta a la habilidad de entender y trabajar con números y conceptos matemáticos. También afecta a la lógica y conlleva dificultades para memorizar datos numéricos. Este trastorno tan sólo tiene afectación en el área matemática.
Algunos de los síntomas son: Dificultades en el área matemática, confusión de números que suenan parecidos, dificultad para aprender las tablas de multiplicar, cálculo mental muy lento, dificultades en la comprensión de los enunciados y la operación que tiene que realizar, dificultades con el tiempo, peso, medida, presenta problemas para cambiar de decenas a centésimas, muchos errores aritméticos.
Los niños y niñas con altas capacidades presentan un desarrollo avanzado de manera generalizada, sobresalen a nivel cognitivo, creativo y/o artístico, muestran más facilidades en el aprendizaje y presentan una actitud de liderazgo.
Algunos de sus síntomas son: Anticipación del habla, interés por el aprendizaje y gran facilidad en la adquisición de este, inquietud motora, actitud cautelosa, gran sensibilidad y nivel de empatía, desarrollo desigual, perfeccionismo e individualidad, posición de líder en relación al grupo, dificultades en las habilidades sociales, gran capacidad de razonamiento.
Los niños con TCL presentan ciertas características conductuales como la somnolencia, lentitud motora y cognitiva, altos niveles de conducta a nivel interno y decrecimiento del estado de alerta y orientación.
Algunos de sus síntomas son: Comportamiento y pensamiento lento, dificultad para mantener el esfuerzo en tareas sencillas, actitud desmotivada, dificultad en la planificación y organización, mirada fija, actitud despistada, dificultades al recordar, dificultades al establecer objetivos, actitud apática.