No veo que mi hijo sea FELIZ
Es lo que me dijo una madre de un niño de 8 años, y al momento entendí lo que me quería decir. La inquietud, la impaciencia y la ansiedad hacían que a esa criatura de escasos años le resultara muy difícil relajarse y conectar con sus emociones. Los padres en un acto de amor habían proveído al niño de mucho más de lo que era capaz de digerir. Tecnología, moda, ocio, deporte, relaciones sociales, relaciones familiares, cariño, entrega, cuidados… Entonces ¿qué ocurre?